- Además de atender el hogar, ahora le toca liderar actividades en el campo o incluso, migrar de manera local a otros municipios o entidades, para convertirse en comerciante o vendedora informal.
Toluca, México.- En el Estado de México, la mujer rural ha modificado sus quehaceres hasta convertirse en pluriactiva, ya que además de atender el hogar, ahora le toca liderar actividades en el campo o incluso, migrar de manera local a otros municipios o entidades, para convertirse en comerciante o vendedora informal.
Así lo afirmó, en el marco del Día Internacional de las Mujeres Rurales, celebrado este 15 de octubre, la investigadora Itzel Hernández Lara, especialista del Centro de Investigación y Estudios en Movilidades y Migraciones Internacionales (CIyEMMI) de la Universidad Autónoma del Estado de México.
La universitaria sostuvo que esta realidad se potencializó en la reciente década, debido a que la situación del campo se tornó más compleja, como consecuencia de los bajos rendimientos que genera la agricultura, tanto en la entidad como en el país, lo que ha provocado que las comunidades masculinas de esas zonas migren, principalmente, a Estados Unidos, con el propósito de generar mayor sustento económico, y la mujer se quede al frente del hogar, asumiendo roles que anteriormente no le correspondían.
En este contexto, Itzel Hernández Lara alertó sobre la vulnerabilidad que sufre la mujer rural, por “su bajo nivel escolar y su bajo nivel de ingresos”; además, también pueden ser sujeto de discriminación cuando salen de sus comunidades.
La académica lamentó que las mujeres rurales no o son consideradas sujetos de derecho, por supuestamente, tener una posición social inferior. “Hay que promover que las mujeres rurales sean sujetos de derecho, que tengan el acceso a una vida digna, al ejercicio, a la salud, a la educación y al trabajo, que se garanticen condiciones óptimas para que su vida no sea precaria”.
La especialista en temas de migración y zonas rurales dijo que las políticas públicas que se enfoquen en el desarrollo de este sector deben estar vinculadas con mejoras de su entorno.
La mujer rural se debe pensar como un sujeto social con necesidades particulares y ponerle atención desde una perspectiva de género, para que se tomen en cuenta las condiciones de su contexto, concluyó Itzel Hernández Lara.