Por: Leonardo Ruvalcaba
A diario tomamos decisiones, muchas de ellas triviales, que no requieren de un profundo razonamiento, y lo hacemos de forma casi automática dado que sus consecuencias no tienen mayor importancia, pero hay decisiones trascendentales que, si las tomamos de manera equivocada, el resultado puede repercutir gravemente en nuestras vidas.
Hoy, a más de 150 días de confinamiento “obligatorio” debido a la pandemia de Covid-19, miles de familias mexicanas atraviesan por un proceso de toma de decisiones que sin duda podría considerarse fundamental al debatir entre permanecer en sus casas para no contagiarse, pero con el riesgo de padecer hambre pues ya no cuentan con recursos económicos para adquirir alimentos o desafiar al coronavirus y salir a buscar trabajo para sobrevivir lo que resta de la pandemia, que de acuerdo con el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, terminará hasta mediados de octubre con un estimado de 80 mil defunciones.
En esta disyuntiva se encuentra Ana Gutiérrez, quien desde hace seis años, atendía un local en la colonia Clara Córdova en donde todas las mañanas vendía tés y cafés energéticos; su venta diaria, antes de la alerta sanitaria, superaba los 15 pedidos diarios, y con la entrada de la fase 3 sus ventas cayeron más de 70 por ciento por lo que tuvo que cerrar su pequeño negocio.
Ella, al igual que muchas personas que ‘viven al día’, está sufriendo los estragos sociales y económicos que el coronavirus está causando en la población, como es el caso de Johana Vázquez, madre soltera de tres niños, quien desde hace cuatro meses no sale a la calle a vender sus productos por temor a contagiarse.
Ana y Johana son solo dos de las 9.3 millones de mujeres que perdieron su empleo a causa del confinamiento por la pandemia, de acuerdo con la Encuesta sobre el Impacto del Covid-19 en el Mercado Laboral, elaborada por el INEGI, durante abril.
La contingencia sanitaria no sólo ha pasado factura a uno de cada tres adultos que hoy se encuentran desocupados, sino también está debilitando los indicadores económicos de inversión, empleo y crecimiento, que de continuar en esa tendencia, sumirán al país no sólo en una grave crisis económica, sino también social y política.
La soberbia del presidente para corregir el rumbo y sus malas decisiones, abren una puerta de oportunidad a los partidos de oposición y a la sociedad civil para que puedan crear un frente nacional que haga contrapeso al gobierno federal y en las elecciones del próximo año, de manera pacífica y democrática, arrebaten a Morena la mayoría parlamentaria en el Congreso de la Unión y con ello puedan poner freno al proyecto autoritario de Andrés Manuel López Obrador y a su gobierno de cuarta.