Por: Fernando González Mejía
En el mes de julio se volvió noticia nacional el simulado enfado del gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, quien -como acostumbran muchos políticos y la 4T- en un recorrido planeado a modo con personal de Salud estatal y federal gritoneaba: “Yo ya no puedo con Gatell, tiene unas cifras que no sé de dónde saca”.
Aunque el enojo del gobernador fue muy breve, a los pocos días el gobierno federal le llamo la atención y Augusto salió a informar que todo estaba bajo control, que se estaba coordinando bien con Gatell.
En el mes de julio, Tabasco ocupaba el tercer lugar nacional con más de 14 mil contagios y mil 334 tabasqueños muertos por Covid-19, solo superado por la Ciudad de México y el Estado de México; su ocupación hospitalaria era del 81 por ciento, cuando el promedio nacional lo declaraban en 41 por ciento. Hasta ahora, en Tabasco se han acumulado 36 mil 996 contagios por Covid-19 y han muerto 3 mil 132 tabasqueños. Ocupa el décimo lugar nacional en defunciones por el virus.
Por otra parte, en el mes de octubre, el Servicio Meteorológico Nacional anunciaban la presencia de los frentes fríos 9 y 11 que provocarían torrenciales lluvias en Chiapas y Tabasco; desde el jueves 30 de octubre no dejó de llover sobre Tabasco. El volumen de agua fue superior al que ocurrió en octubre del 2007, año en el que dicen aconteció la inundación más grave en Tabasco.
El día viernes 6 de noviembre, López Obrador en su gira por el estado de Nayarit, respaldado en su amplio conocimiento del estado de Tabasco, solo atino a sugerir a sus paisanos “no arriesguen su vida y diríjanse a las zonas más altas”. Posteriormente, el domingo 15 de noviembre, López Obrador, en un sobre vuelo en helicóptero por la presa Peñitas, declaró que tuvo que tomar una difícil decisión, cerrar la compuerta del Macayo para no inundar por completo la zona de Villahermosa y mejor dirigir toda el agua de la presa al Samaria, a la parte baja y afectar a las zonas más pobres de Tabasco, Jalpa, Centla, Nacajuca a la zona chontal, insistió varias veces que eran las más pobres.
Tabasco tiene más de 2.6 millones de habitantes en 17 municipios, 13 de estos se encuentran afectados por las torrenciales lluvias y por la inundación intencional; adrede, con el escamoteo de cifras de los gobiernos de Tabasco y Federal, se desconoce la verdadera cantidad de tabasqueños afectados.
López Obrador y Adán Augusto solo atinan a decir “que las cosas van mejorando”. La obligada pregunta a ambos gobernantes ¿Por qué no se desalojó a la población que sufriría graves afectaciones?
La sindemia es evidente en Tabasco, pues este día domingo 30 de noviembre se informó de decenas de contagios en los improvisados campamentos instalados para los damnificados; pandemia por Covid-19, inundación, desempleo, inseguridad, suman mayor tragedia y riesgo para los pobres de Tabasco.
El Movimiento Antorchista Tabasqueño ha lanzado un llamado de auxilio a todo México. La mala postura de los gobiernos, municipales, estatal y federal, siguen poniendo en riesgo a los Tabasqueños; la ayuda que llega, principalmente por las fuerzas armadas, ejército y marina, son totalmente insuficientes, la realidad es que las zonas más afectadas no han recibido el apoyo necesario.
Mexicanos unámonos nuevamente a ayudar a nuestros hermanos en desgracia. El pueblo mexicano siempre ha sido solidario en las tragedias, sin el gobierno hemos resuelto el sufrimiento de miles de mexicanos.
