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2020: año de retos para el antorchismo nacional

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César Adrián Rodríguez Mosco

Trescientas sesenta y cinco oportunidades para alcanzar las metas que nos proponemos al iniciar cada año. Por eso desde este espacio envío a cada lector un fraterno saludo y mis mejores deseos de mucho éxito en lo profesional y humano para este 2020.

Entremos en materia. En las circunstancias en las que se encuentra nuestro México, desde luego todos quisiéramos que las cosas estuvieran mejor para la mayoría de los mexicanos; que del decreto se pasara a los hechos: que el salario subiera sin que aumentarán los precios de la canasta básica, que los impuestos fueran justos y pagara menos el pueblo trabajador, que hubiera empleo para todos, que los impuestos se orientaran para hacer obras sociales que acerquen servicios a los que por décadas han estado en el olvido. Todo esto sería bueno porque el estado de cosas estaría a favor de la gente más humilde.

Sin embargo, la experiencia política que Antorcha ha adquirido durante 45 años, nos ha enseñado que, aunque vayan y vengan gobiernos de diferentes corrientes, si no se cambia la clase social en el poder político la realidad seguirá siendo la misma.

En estos primeros días del año el panorama es totalmente desesperanzador para los pobres de todo México, porque mientras la economía nacional terminó el año 2020 con un avance casi de cero, la fortuna de los multimillonarios mexicanos como Carlos Slim y Ricardo Salinas creció 15.70 por ciento, los cuales han sido favorecidos por el gobierno federal de la 4T: les entregó los programas de transferencia monetaria directa y les ha dado concesión de obras.

En el mundo solo pocos se ostentan como los reyes y señores por la riqueza que concentran. La agencia comunicacional Bloomberg, en un estudio diario que hace a las 500 personas más ricas del mundo, arrojó que en 2019 se amplió abismalmente la brecha de desigualdad social y económica que existe en el planeta, lo cual ha sido denunciado constantemente por la OXFAM. Según esta organización no gubernamental (ONG) “solo ocho personas en el mundo poseen ya la misma riqueza que la mitad más pobre de la población mundial”.

Uno de los más afortunados es Berarnard Arnult; el francés inicia 2020 con 37 mil 700 mdd más en sus bolsillos. El dueño de Louis Vuitton, más conocido como LVMH, es el tercer hombre más rico del mundo con 106 mil mdd. Por detrás de Jeff Bezos, dueño de Amazon y Bill Gates de Microsoft, quienes cerraron el año con 115 mil y 113 mil mdd, respectivamente.

La OXFAM (organización benéfica cuyas siglas significan en inglés Oxford Committee for Famine Relief, muy conocida por sus campañas para recaudar fondos, su trabajo de ayuda al Tercer Mundo y su intento de promocionar el uso de tecnología básica y de los recursos locales renovables), dice que, “los más ricos se benefician no sólo de una fortuna en plena expansión, sino también de los niveles impositivos menos elevados desde hace décadas”. Esto quiere decir que la riqueza está particularmente infra gravada, es decir, pagan menos impuestos que el resto de los mortales; por ejemplo, en EEUU, de cada dólar de impuestos a los ingresos del gobierno, sólo cuatro céntimos provienen del impuesto a la riqueza. Hay que añadir la evasión impositiva. Los más ricos esconden al fisco un estimado de 7,6 billones de dólares. En algunos países, como Brasil, Reino Unido y México, el 10% de los más pobres pagan impuestos más altos en comparación a los ingresos que tienen a los más ricos.

Sin duda, este año 2020 comienza de manera difícil, no solo para los pobres de México sino de todo el mundo porque cada vez hay más desigualdad; sin embargo, es importante que los hombres y mujeres buenos continúen luchando para establecer un estado de cosas que convenga a las mayorías.

Hace unos días una persona que viajó en la ruta del Ferrocarril Chihuahua-Pacífico, mejor conocido como el tren “Chepe”, me compartió con asombró que observó una pared con una pinta del 45 aniversario de Antorcha en el mismísimo estado de Chihuahua, lo que demuestra que hasta en ese estado fronterizo hay presencia antorchista, lo que me hace concluir que no estamos equivocados; que hasta en entidades con gran influencia gringa ha prendido la llama del antorchismo. Otro caso que me llena de contento es que en Puebla, la organización superó los candados de la ley electoral para la creación del partido estatal Movimiento Antorchista Poblano, lo que permitirá contender por ayuntamientos y diputaciones locales en este importante estado, mediante los cuales el antorchismo pretende hacer cambios profundos, que sí modifiquen las políticas públicas para mejorar la vida de los poblanos. Desde el Estado de México, apoyamos a nuestros compañeros que, estoy seguro, harán un excelente trabajo.

En Antorcha estamos entusiasmados para realizar los trabajos de construcción de un proyecto nacional. Los retos del 2020 son muchos en cuanto al crecimiento exponencial de la organización a nivel nacional; en cada rincón de la patria hay más personas que están sumándose a los ideales genuinos y bondadosos que perseguimos. Preparémonos para las grandes metas que se aproximan para el antorchismo nacional, estemos prestos para cumplir con el reto, como dijo alguna vez Fidel Castro: “sin dar un solo paso atrás, ni para tomar impulso”.